Baja el agua transparente y helada
corre en el cauce y salta, en diamantes estalla
bajo el rayo luminoso de primavera
se entrega y ante los vítores banales
de la febril naturaleza líquida danza.
Y es todo lo que queda...esta agua, este río
nunca más, nunca vuelve, tan solo pasa.
Sopla la brisa y mil hojas acaricia
en su debut ante la muchedumbre de ranas
que silban tonadas que les sopla la brisa.
Oyen los brotes, se alzan erectos los tallos,
entre el verde lleno de clorofila estival
las yemas se hinchan y los botones resaltan.
Y es todo lo que queda...esa agitación, ese aire
ya se ha ido, nunca volverá, solo una vez pasa.
Esa chispa se vuelve la punta del fuego
circense que salta y lo que toca es fogata
y mientras con todo se une y abraza
crea una estela de canosas cenizas
que lentamente se posan cual una mortaja
cínica y etérea sobre una tierra asolada.
Y es todo lo que queda...este silencio humeante,
todo ya pasó, adiós fuego, adiós brasas,
Y esto que me invadió un día,
esta vida que creció como mi cuerpo
tiene la locura precipitada del agua,
resopla la libre fabulación del viento
y al rojo vivo me moldeó en su fragua.
Esa loca vida que a todos nos enreda,
que gira y mientras la sientes avanzar
chilla, reseca, aúlla, araña y desgarra:
como agua nos lanza hacia las rocas
en un vértigo húmedo de remolino
nos vuelve torrente, nos vuelve riada y
nos escupe entre barros en un delta salino.
Esta loca vida que a todos nos gerencia
sopla como el viento que respira prisas
deshojando caricias y al fin nos desprecia
y nos envuelve a todos en una calma chicha.
Esa loca vida nos quemó en nuestros fuegos
nos vació de chispa, dejó solo rescoldos
y tal vez nos vuelva solo gris ceniza.
Adiós agua, adiós aire, adiós al fuego,
adiós vida, ya no seremos ni eso.
MARVILLA©
Terrassa, 26 de Noviembre 2019
Es esa zona umbría ese lugar silente
al que acudo secretamente y con porfía
abro los senderos junto a troncos añosos
piso el musgo verdoso tapete de ensueño
huelo los restos de lluvia cristal y espejo
fluir en el cielo como un velo de novia
siento mi pulso latir del todo armónico
hermanado a lo telúrico ágiles oigo batir
aladas criaturas aireando mis reflexiones
gestan cavilaciones gráciles y desnudas
Ya mi cabeza no para estoy dando vueltas
atrapado por las musas la tensión se dispara
danzo al son mágico de la fértil imaginación
saboreo con fruición parte de un rito atávico
producido por la fuerza y astucia del dios Pan
Ido temor surge la paz en medio de la floresta
retoñan remotos instintos en tierras nemorosas
abierto a ardores de rosas aluzo otros sentidos
es la potente energía que anida en lo umbrío
en el frescor sombrío en este reino de regalías
contemplo las joyas posadas como coronas
las perlas orondas alhajando a todas las hojas
vueltas lágrimas devotas al Sol se inmolan
mientras me ciegan con sus corazas fúlgidas
razón de esa frescura emoción como de brisa
por los labios asoma risa y se borra la cordura
Ahora veo los lazos que aúnan bosques y rocas
raíces grandes como boas ofrecen su abrazo
se enredan en mis piernas trepan como venas
alcanzan mi cabeza me inunda un sabor a tierra
de este lugar tan vívido antes por mí habitado
Un aviso un hado cantando hondo son hipnótico
me urge a tumbarme sobre blando seno de hojas
muerdo ya las bayas rojas sumiso que ya es tarde
avanzan de prisa las sombras por el umbráculo
soy húmedo noctámbulo es el humus la cobija
-paz para cualquier vieja criatura al fin exhausta-
al alba se escapará mi aura hacia el sol y su tibieza
MARVILLA©
Terrassa, 16 de setiembre 2020