Rotundo el lenguaje nos define.
Dibuja un contorno inapelable,
de haberes y de lo que se debe,
recorre la sutil piel permeable,
también el curso de la mala sangre.
La palabra es herramienta maleable,
un sol nuevo que al este nace,
que viaja en órbitas elípticas,
desde la muda paz, a las batallas,
zumbando cual búmeran astral
volviendo a las manos, inexorable .
El gesto puede ser salvaje patada,
un ave indefensa huyendo espantada,
el beso del sueño en las pestañas,
una palmada compasiva en la espalda,
la chispa de la pasión en otra mirada.
Con sus voces nos concreta el lenguaje,
cierra puertas en nuestras narices,
abre indicios, entre rendijas en los ventanales.
El lenguaje es una llave esotérica,
para pulirse con ayuda y pericia,
es neutro, no es blanco ni negro,
inocente entre las manos noveles de un niño,
artero se torna, calculado, engañoso,
si lo empuña un personaje ladino,
se manipula fácilmente, sujeto a veleidades,
del poder del que lava sus manos,
con impudicia en turbios lodazales.
Certero lenguaje, por la obra nos describe,
con su potencial simbólico,
por el compromiso con lo ético,
cuando se expresa a través de lo plástico,
si entregado en el amor, es voto
de irrefutable prueba de mutuo respeto.
En lo oral, en lo escrito, en el gesto,
en la tumultuosa inercia de la vida
nuestra naturaleza nos escribe con hechos.
©Marvilla
Terrassa 30 de abril 2017
Al pan ya no le llaman pan
lo mismo hacen con el vino
todo ahogan en eufemismos
campañas contra conciencias
maquillan datos sin conflicto
dando brochazos de cinismo
a las economías de mercado
hacen la cuenta de mortales
convertida a daños colaterales
lucen los desvíos de fondos
con glamour en trajes largos
tapando las tripas del desfalco
contra los recursos humanos
lanzan ataques preventivos
limpieza étnica con un barrido
Aplican a la indiscreta ruina
burdo empapelado ilusorio
que reza cese de negocio
apropiándose indebidamente
impunes nos roban la reacción
alegando expediente de regulación
procede ejecución hipotecaria
para mutar en residuos urbanos
hacia la crisis acelerados
hay un abuso premeditado
del embaucador eufemismo
para encerrarnos en laberintos
pan al que no se le llama pan
o vino al vino es una trampa
del poder artera y nefanda
©Marvilla
Terrassa, 13 de octubre 2016