El día después de la suerte
entre horas brujas y gallos
arribaste a las orillas
áridas de mi cama
con aires de Marlowe y
agujeros en las suelas
de los zapatos
Como cráteres apagados
en memoria de muertos
tus ojos desorbitados
habían perdido
las llaves a las palabras
Solo instinto
como los faunos salvajes
nos abocamos
con concienzudo afán
al placer de acogernos
mutuamente
en la región dónde
guía es la intuición
buscadora de sendas
nunca antes tan abiertas
mas una sensación
empero en juego
de dejavú en la lengua
Hubo insólita locura
vibrante de química
liando nuestros cuerpos
como helechos furibundos
justo al borde
de tentáculos y abismos
Justo en la linde de una jungla
me enredé en laberintos
en la morada de las fieras
en esa celda
en la que busqué
irreflexivo caer de ti preso
y ahí ay de mi
no fui más mi dueño
no hubo rumbo
perdí la brújula olvidé el norte
Ciega es la furia
de la carne que se vuelve
llaga viva
El bruto rectángulo
y su blancura de hielo
dio paso a un averno
de cepos y miedos
Precio del fuego
de esos abrazos
parecidos a cadenas
trayendo pasos desbocados
a encendidas cerillas
para crear alrededor mio
fuegos fatuos
y volvernos antorchas
abrasada toda mi cordura
no reparé en tu impostura
Sentí tal falta de aire puro
un gradual y perenne ahogo
del que no encuentra escape
ni salida de emergencia
supe que era todo desazón
el andar de esta historia
sería al fin el perdedor
el mártir sacrificado
al precio de perder el juicio
-oye el temblor de tu sombra-
insinuaba mi intuición
-y decide quemar tus naves-
sugería profunda mi rebelada voz
-romper los puentes- alto oía
aposté por el riesgo
todas las fichas a una sola casilla
pondría toda nuestra vida a la venta
de un portazo cerraría la puerta
como quién al fin se aleja
de una etapa nacida muerta-
Marvilla©
Terrassa, 13 de octubre 2020