Portadores De Las Esencias

(agradecido a Juver Salcedo /1934-2018)

 

Hay un lugar, un monte limpio a donde van

las almas fecundas tras su sembrado creativo,

las que desempolvaron de cualquier desván

los encajes opalinos amarillos de olvido,

una y otra vez leídos, oídos, reídos.

Versículos humanos pasados por el tamiz

de esos ambulantes aedos retejiendo hilos,

voces humanas, hebras en luz hacen surtir

en chorro, fuente lanzada de proscenio a platea,

trocarse el ruido en mudo sumiso esclavo

para que reine la luz láctea cual lunar tea,

para que reines sugerente fondo atezado

que materializas a los portadores de esencias

de todas las épocas, lenguas, costumbres;

hijos mágicos, creando una épica se incendian,

rebotan, anidan, brotan entre los hombres,

brota en esos pechos la flor de la rapsodia,

ardiente como el clavo rojo del aullido

y ámbar marino como en la pupila de Stendhal,

en salada atmósfera que se entrega ante los himnos,

a una tácita comunión de palabra y de oído.

Un fanal arde, un escenario de iluminación,

un mecanismo etéreo puesto en función,

una verdad efímera entrevista en el rayo

que trastoca a la más burda criatura por obra,

por hechizo, por benigno conjuro de un bardo,

que sabe la fuerza arrolladora del teatro,

la fuerza liberadora del lúdico teatro.

Que si pruebas su esencia quedas preso,

contaminado por un invasor gusano

que abre cavernas y coloca las candelas

de ese ser que sabe imaginar con fuerza,

que vende mundos de irrealidades certeras,

que calman a la salvaje imperfecta fiera,

la ponen frente espejos usando una careta,

la doman en una danza de mil piruetas,

los portadores de las esencias.

Esos extractos, no de oro ni de aromas a mirra

mas son táctiles, huelen, brillan pasionales,

tangibles en la calma de las almas

entregadas a la verdad de historias irreales;

iluminadas por una troupe de luciérnagas

refulgentes en la potente sombra

que dentro de una caja de madera sueñan.

 

¿Y cuándo una hace mutis sabéis que pasa,

cuándo sale por una pata, se esfuma del foro,

la voz calla en la sombra y al fin se apaga?

¡Nace otra en lo más remoto del globo

que recibe el legado inmortal de su esencia!

 

 

 

©Marvilla

Terrassa, 27 de Enero, 2018

Herida Abierta

 

 

Flor de la amargura de mil y una noches sin luna

que nace pegada al miedo junto a la médula

en la fantasmal columna descentrada; ya rota,

fontana rabiosa manará de tóxica adrenalina

por esa existencia que truncó la primera gota

roja, de una flor primera que se expande untuosa

por la tierra hoy mancillada de la inocencia.

 

Así brotan copiosas las sangrientas amapolas

en este campo de lamento enajenado y yermo

colorida visión para tristes años de invierno,

tintado delirio esta herida abierta en el infierno

sin posible sutura, sin calma sin remedio sin cura.

Flor de la amargura no hay rezo, no habrá nunca

que aparte a estos ojos, agujeros abisales, huecos

de tales boscosas imágenes, de infaustas pinturas

arden bajo focos de mil vatios; nada oculta

las muy rojas amapolas luciendo cual tajo, floridas

por manos sembrando horrores en la inocencia,

en la crédula incluso infantil inconsciencia.

Un paseo entre algodones mutando en nubarrones

de todos esos que vieron en un segundo saltar

en mil pedazos, saltar la vitrina de los credos,

de los salmos, de los tesoros más preciados

volar destrozados desperdigando la realidad

entera, la benigna pureza en infinitos planos

cual una obra que un maestro cubista disloca.

 

Vesania de quienes destruyen para plantar aloques,

es chirriante y oscilante, es rural y voluble

sembradío amargo de sangrientas amapolas,

dando esa desazón de herida siempre abierta.

 

 

 

 

©Marvilla

Terrassa, 17 de Marzo 2018