Corazón tan excéntrico
pareciendo querer entrar
o salir navegando cual velero.
A compás en sístole
entre folclore y tangos
oigo tu rítmica diástole.
Recortado por líquida guadaña,
lates país pequeño de tambores.
Unido y del todo escindido
del vital triángulo vasto.
Guacho de origen y raíces
sin tez, sin sabor indígena.
Indómito, muerto de pena
revive tu alma flamígera,
tu desolado verde eterno
renaciendo fénix con guampas
milagro salvaje de vida.
Laten tus venas tus aves de agua
inmenso mapa de arterias,
bajo el terciopelo de tu piel antigua.
Pum, pum...cual apretado puño.
Pum, pum...tu garra oculta, dormida.
Corazón descentrado, al sudeste
Latiendo al sol del continente,
despierta de un coma tan largo,
postergado silente amargo,
por el mundo desperdigado
tu voz palpita, Uruguay desgajado,
en tantos alejados rincones,
de ausencia de olor de sabores.
©Marvilla
Barcelona, 14 de febrero 2016
Llevas una perla negra
en el pecho engarzada.
Eres Penélope que espera
en su aldea atrapada.
Tu actitud geométrica
perfecta en su estética
quiere sujetar la pena.
Con tu mano atrapas
ese clamor que encanta
y en silencio lo estallas.
Eres una frágil muralla
que mi lente traspasa
prendado de tu estampa
en inquietud que arrasa.
¿En tu soledad congelada,
debajo, corre la mar brava?
¿En ese ángulo recostada
buscas equilibrar tu alma?
Entre la tapicería morada
fundes tu sangre apasionada,
en el sillón imponente palpita
tu cuerpo envuelto en lava.
¿Te volverás de piedra
como una estatua clásica?
¿Te volverás efigie de sal
entre dunas saladas?
Te cobijas bajo las plumas
de una palmera espigada,
en tu escondrijo encerrada,
tan evidente ante mi mirada
¿Qué en mi conmociona
tu fragilidad femenina
y me prende a tu aureola
en ámbar intangible y vítrea?
Siento que vi de ti el alma.
Brilló ante mi azulada.
Asió mi corazón en volandas
y me dijo, – Tómala,
que tuya es mi alma-.
©Marvilla
Terrassa 12 de febrero 1017