Hay que ver como me jodió la cabeza,
esa hija de puta, a la que permití
me comiera la moral -su juicio oí-,
cruel manipuladora, fiera de presa.
Embistió mi seguridad, que sangró allí,
fue maldad taurina de mezquina vileza,
me arrastró por el ruedo como un maniquí.
Vida cruel jugando a quebrar mis fuerzas.
Artista, frágil soy, al borde voy de precipicios,
salvadme versos, de tan largo suplicio.
!Al CREAR¡ arte rompe hechizos por ensalmo.
Más arte; para enfrentar malditos prejuicios;
el que pudiera y más, bueno para callar necios,
envidias; amén de ser arte, el mejor de los salmos.
©Marvilla
Terrassa, 1 de Octubre 2017
Rompe el hielo su impasible silencio,
lanza un grito que es una muda grieta,
sin sordina estalla como agría trompeta
del juicio, en rotundo final de sacrificio.
Crímenes terrenales del hombre craso
disuelven hielos que lloran por las especies,
-muerte súbita- vueltas mitológicas efigies,
terrosas estampas agónicas, del pasado.
El hombre ya oye la campana prístina
-ecos de osos, de zorros trae- agónica,
cerúlea, entona una mortífera cantinela.
El bronce resuena para una raza despótica
por su acción destructiva y maléfica.
Es el réquiem, para el verdugo de la tierra.
©Marvilla
Terrassa, 28 de setiembre 2017