Lágrimas plateadas
de alba,
níveas nubes de ovejas,
feliz fragor de cascadas,
y el trajín
de las abejas;
al elixir potente
dan forma
que con medida necesita,
humos sedantes
y brumas ,
ración de fugaces estrellas,
sueños de lunas
mañaneras,
un sol borracho
de olas,
besos de viento
en las dunas,
y mil cigarras
cantoras.
Impenitente canto
del gallo,
incluye esta pócima
vigorosa;
de negra tormenta,
un rayo
y en la aurora
brotando
una rosa.
En los sueños
esta receta
la va susurrado
el alma
de la naturaleza,
que anota
que falta agregarle,
de leona
un seco rugido
y de hielo
roto,
un chasquido,
de desierto,
fantasmales
sombras alargadas
y el marino
abrazo
apasionado
de las corrientes,
más, ralladura
de la rugosa
columna
de una montaña,
un brioso
salmón,
de la garra del oso
escapando
y de aurora boreal
un tazón.
Es tal maravilla
este brebaje
si siempre recuerdas
añadirle,
de un glaciar,
azul
hielo picado,
una pizca de sal
deshidratada del mar
muerto;
todo mezclado
con una pluma
olvidada
en el nido
de un escuadrón
de patos
emigrantes
y sino
en su defecto;
en madera recia
tallada
de secuoya,
con una cuchara.
Hay quién,
agrega más cosas
depende
la región también,
para mi
es suficiente.
Ya solamente
es menester
dejar que la poción
varias horas repose,
en una serena
noche callada,
entre sábanas de meditación
acunada.
Verás que al despertar
sientes renovada
tu unión y
con el planeta
natural comunión.
©Marvilla
Barcelona, 27 de diciembre 2015
Ahí, hay algo que va a la deriva;
informe y desolado
es un corazón olvidado.
©Marvilla
Terrassa 22 de Enero 2018