La pared esta callada más inmutable que nunca
como una niebla donde se pierde mi enredo
es una pared que me devuelve una pelota de miedo
que lanzo con unas manos que parecen de niño
una y otra vez la relanzo en este juego
donde me juego mi sano juicio
Hoy la pared es un muro de nieve
el eco se agiganta en cada rebote la bola crece imparable y vuelve
con un desafío casi insoportable para un humano que mengua
día tras día entre las paredes inefables que ha ido alzado
Helados y sórdidos lúgubres y fríos como dédalos se han erigido
a mi redor recintos de soledad
en incompartibles compartimentos
vosotras paredes me habéis encerrado
en esta gélida blancura también de cristales me habéis desterrado
una humana cobaya muy bien aislada en su utopía de libertad
al fin conquistada asepsia de mudas paredes blancas
sobre vosotras cuelgan algunas de mis pinturas
hoy veo en ellas un expresionismo promisorio de grutas
en oquedades coronadas de estalactitas oigo cánticos atávicos
sorbo brebajes en ellas y me adentro dócil
regreso a las cavernas que muestran mis paredes
Ciertos días confundo el sonido de mis pasos con los de otros
en el espejismo de mi morada creo ver tu sobra moverse
la luz de una llave
la imaginación juega con mi pobre desvarío
cabizbajo te huelo tras la puerta sin atreverte a avanzar
dejar fuera ese miedo inoculado
te veré andar trayendo prohibidos abrazos desde esas afueras
tan extrañamente quietas
y esta quietud vuestra paredes otra vez
porfiadamente me regresa a mi madriguera
Qué es la realidad y qué es la quimera
Cristales diáfanos de mis ventanas cada día
hablan de libertad resguardada e infinita
me muestran una colección de cielos irreales
igual a la de torcazas de vuelos ideales
y es tanto el silencio invadiendo mis huesos
paralizados mis nervios me creo muerto
De lejos veo iguales a mis vecinos circulando en sus jaulas
como inquietos mimos dibujando estas invisibles fronteras
y con las manos el libre albedrío van alejando
bailan presos en el más democrático de los encierros
que acatan todos los credos las ideologías ya no importan
la riqueza se siente estafada la pobreza en la vida reinstalada
igualadas las razas somos solo una especie
quizás tomando conciencia de quién somos
Pego mi frente contra la ventana y envidio la breve
vida libre impredecible de todos los animales
siento y les digo paredes que en este circo extraño
estos cielos hoy tan puros e ideales
y estas torcazas tan libres y tan irreales
por el bien de todos los implicados
justamente entre cuatro paredes
nos han confinado
©Marvilla
Terrassa, 17 de mayo 2020
Siempre hay un camino
para vadear encrucijadas.
De pronto no lo encuentras
mas no quiere decir nada.
Late oculto entre marañas.
Puede parecer inexistente.
Quizás debieras desbrozar
el entorno de zarzas y matas.
Poner pequeñas lámparas
colgadas de todas las ramas
para hallar esa senda justa.
Senda virginal y entregada
que acogería tus huellas
avanzando al paso sonoras
llevando toda la esperanza
atada entre los cordones
de tus gastadas botas.
©Marvilla
Terrassa, 2 de noviembre 2019
Hoy las maletas casi van vacías,
menos prendas son necesarias,
pocas postas quedan en la ruta
y el botiquín se llena de pastillas.
Arterias, huesos, hígado siembran dudas,
todo tras tanta batalla rechina
pero su eficiente servicio reivindican
y nos exigen una cuota de paciencia
ahora que menos arrestos nos incendian.
Lo más duro ha sido hecho,...crecer.
Lo más terrible enfrentado,...perder.
Tanto recorrido ya generó derechos
a la pureza de espíritu, en conciencia
de haber sido casi buenos en esencia.
Pasaron y pasaron jornadas olvidadas
a lo largo de esta aventura existencial
pese a haber aprobado este magisterio
sujeto al yugo estricto de lo material.
Quizá aún no sea hora de rendir cuentas;
tinta tal vez faltará en el tintero
habiendo quedado en blanco páginas
que son ya del reino de los sueños.
Seguro el balance arroja perdidas
y algún borrón os ensucie el alma
pero no hay lugar a la enmienda
que el libro ya de a poco se cierra.
Luce ligero el pobre equipaje
que silencioso junto a la puerta espera;
tomad un postrero trago de coraje
mientras se oye girar la última llave
hacia el celaje que inunda en luz
el personal y ya inalienable paisaje.
©Marvilla
Terrassa, 24 de octubre 2019