Nacemos envolviendo el alma frágil
en el algodón de posibles sueños,
en pura promesa hecha cuerpo
que le asegure una muralla de hierro,
piernas para avanzar hacia lo eterno,
ojalá, cabeza sabia defensora del verbo,
dos puños para alzar por la justicia,
y el iris como lugar de recogimiento,
de la verdad que es alma, en la pupila.
En la era explosiva del cuerpo
cuando todo es efervescente turgencia;
el alma muy adentro aterida y callada
ve al cuerpo ascendente y tan bello.
Alma reluce, pero está en una celda
en el cuerpo, aislado su pequeño fuego.
Alma medita en el silencio del tiempo,
afuera se consumen perdidas las horas.
El paso del cuerpo mira hacia dentro
pero sigue su ruta templando el aliento.
Avanzan las grietas por su fortaleza,
el óxido en el hierro, recio sopla el viento
sobre el muro, en cada piedra.
Aún se yergue enhiesta, clara la cabeza,
abriéndose paso por la fuerza del verbo,
dejando atrás la vanidad de la belleza
enfrenta con orgullo al frío espejo.
Aprendió del alma a desechar lo superfluo,
que Éxito no es sinónimo de Eterno,
y que un amigo es un trago de buen vino.
Contempla con amor al viejo cuerpo
que dio su vida por el alma; sumiso,
alma iba creciendo entre ensueños.
Ánima crepita en un gran fuego.
Avanza la edad de recoger las velas,
entre ruinas la muralla de hierro,
en la era de recoger la cosecha.
Mira ahora más allá de la figura,
más allá del temido rostro con arrugas.
Comprende el magno sacrificio y
mira como busca tu cómplice dulzura.
Fija la mirada en la honda pupila;
valora en ti cada cana, cada arruga,
allí la pasada juventud late despierta.
Bendice al cuerpo en su generosa renuncia,
acepta la era de la vejez ante ti abierta
que entrega una nueva era de belleza.
Enfoca tus pupilas con indulgencia
sobre éste, el más frágil de los cuerpos
arropa en algodón sus vivencias
hasta la hora final del sueño,
del cuerpo que fue residencia
del alma libre y su memoria.
©Marvilla
Terrassa, 29 de Octubre 2017
JUEGO a ponerme de acuerdo todo el tiempo,
Al tanto que avanzo y me detengo.
¿Avanzo un paso por los sueños
O regreso por la ruta del infierno?
Rompo conmigo el trato, un acuerdo
Inútil todo el tiempo;
Mis dos caras en total desencuentro.
Lanzada al aire una moneda;
Hoy nazco Abel, en alas impolutas envuelto;
Cain seré mañana, cercenadas mis alas,
Débil entre espesos sudores de regodeo.
Lanzada al azar la moneda,
Mis actos me matan, me muero,
Para renacer Abel, flotando a un palmo
De las miasmas, por gracia de un ángel bueno.
En un ciclo de febriles altibajos,
En el perenne vaivén me zarandeo.
Oscilo entre bajíos y cúspides.
Helado plato bascula hacia arriba;
Quema metálico plato ardiendo allá abajo.
Salvaje balanceo de atracción de feria.
Sin hallar jamas la calma del horizonte,
Oscilo en un delicado equilibrio.
Al tiempo, a la insania de lo errático bajo;
Eufórico como un hálito subo al instante,
Siempre mi cabeza como bifurcada,
Retorcida, bífida raíz de mandrágora,
Ofreciendo opuestas encrucijadas.
¿Qué, avanzo en puro vuelo todo entrega,
Hasta que sea un nimio punto mi condena
En el juego temporal de los necios?
¿O me deslizo sigiloso en la espesura
Por las desencajadas fauces del instinto
Que morderá mi carne sin juicio?
Informe se desmenuza el contrato
Entre saladas copas de nieve,
Inservible como papel mojado
El tácito acuerdo de los gemelos opuestos.
La cabeza de la justicia yace sombría,
Vencida potencia en su desconsuelo,
Su propia mano empuña la espada fría,
El regio acero que la arrojó por los suelos.
Caída la tosca venda de la justicia,
Verán sus translúcidas cuencas ciegas
El implacable balanceo de la báscula,
Mecerse sin fin arriba, abajo, como una fiera.
Nace el desequilibrio a la más leve brisa.
Inimaginable latido en esta vorágine
Oscilante ante las tormentas de la vida,
A expensas de un delicado equilibrio.
La razón duda, la razón oscila,
Es saltimbanqui en la cuerda extendida.
©Marvilla
Terrassa, 30 de Julio 2017