POTENTE lluvia, mentada gota fría, justamente el nombre te encaja
En cuanto llegas vestida de soledad, de gris lejanía
Y fría me desgarras, alcanzando con tu impiedad esta pobre alma.
Helado, tu goteo, congela toda razón
Y lo que asoma de las demudadas ropas es sufrida carne,
Es el negro grito de un electrón que rebota, una agría sensación
Álgida que se expande en ecos de grises acordes,
Reverberando... y arrebatan las fuerzas de la vida.
Deslavada hoja aterida me entrego, chapoteo entre las corrientes
Que bajan furiosas a matar la sed de las alcantarillas.
Acabo en el nido del monstruo azul de la desdicha.
Camino envuelto en la lluvia, la acera me devuelve mi figura
Deshecha, un esperpéntico reflejo mío, pálido en la húmeda acera.
Bajo un paraguas funesto, muda la soledad refulgía,
siento su abrazo, como me arropa en poesía.
Por el negro tejido resbalan feos espectros de mi biografía.
Rezuma, chorrea, de pasadas angustias,
-Soy un punto negro y remoto en mi ínfima cosmogonía-
A veces dormidas, nunca olvidadas, por ti gélida gota fría,
Hoy remojado, me he encontrado de nuevo indefenso
Ante la impiedad de lejanos y temidos inviernos.
Qué ingenuo me he vuelvo con los buenos tiempos
Creía que todo se lo había tragado el olvido, qué ingenuo.
La vida tiene un desván de cajones polvorientos
En un impasse, en una región de inquietantes silencios,
Que aguardan una buena lluvia para ser abiertos.
©Marvilla
Terrassa, 21 de octubre 2017
HAY un rincón donde arde una llama,
umbrío y recóndito, rincón de lo íntimo,
es el reducto en que sientes el alma
que alienta la faz de cada ser único.
Existe, esta allí a veces oculto, tímido,
mimetizado con los porosos huesos,
callado como un habitáculo rústico,
hay un rincón, matriz de los sueños.
Sé que allí hay buenos maderos
y dormidas en sus entrañas, respiran
promesas de urgir a la llama a ser fuegos,
para quemar los miedos en una pira
Es el temor, ese que susurra mentiras,
el que no deja iluminar plenamente
esa zona oculta, que tesoros cobija.
¡En esa mina halla las vetas, y se orfebre!
Hay todo un vasto submundo latente,
precioso, que espera tras las espinas.
Oculto entre la maleza bulle la simiente
a una verdadera cosecha de espigas.
©Marvilla
Terrassa, 15 de Octubre 2017