hay un momento puntual
para cada cosa
que exacto llega en hora
hay un momento noble
de total oscuridad
tragándose la vanidad
hay un momento benigno
donde nada hiere
y con su bálsamo viene
hay un momento pacífico
con su bandera blanca
que todo calma
hay un momento súbito
de total silencio
como voraz incendio
y al fin hay un momento
que contigo tus recuerdos
sucumben polvorientos
©Marvilla
Terrassa 14 de enero de 2017
Épocas de miedos se ciernen,
nocturnos nubarrones de impiedad
en otro siglo más de injusticia
que desbaratará lo poco logrado
por estas bestias de la caverna,
condenadas a un nido en la oscuridad
¿Cómo un paso; y mil hacia atrás?
¡Por su propio pie; desafortunado!
Negro sudor de perlas de estupor
que se ciñe alrededor del cuello
de la víctima, estrangulando.
Es el miedo..., una inacción opaca,
de anhídrido carbónico, una ola,
que arramblará con atropello,
pletórica, henchida de ínfulas,
para hundir todo en una cloaca.
Miedo que rompe todos los miembros,
taladra todos los huesos, cartílagos aplasta.
Eficaz y creativo sicario de la tortura,
socio y aparcero amoral de las guadañas
que lanza sigilosos rubíes de adrenalina,
de atrofia gradual que en las venas engasta,
minando cada rincón, con un helado temblor,
te deja inerme ante la cueva de las musarañas.
Nadie logra con suerte escapar,
al igual que todos tendrían un precio;
tiene para cada uno la certera fachada,
y hará chascar su lengua con una mueca,
para su saliva estamparte en la cara,
y te vestirá con burda saya de cilicio
que abrirte en llagas tiene como fin y
dejarte el alma como una vaina seca.
¿Cómo se puede contra él luchar;
si lo han hecho en el plácido útero anidar?
¿Qué hacer para lograr la victoria,
cuando ya infectó la leche materna?
¡Si agazapado venía en los cuentos,
si en la oscuridad tus mantas iba a rondar!
¡Se fue metiendo bajo tu piel,
dando con tus taras y tus vicios gobierna!
Podría vencerse a este depredador
si guerreros armaras desde las entrañas
para luchar contra él por la verdad.
Que el saber y la cultura fueran la coraza
y la lanza para esgrimir en su contra,
entonces tener la libertad que mueve montañas
y por fin dar a las masas dignidad,
para crecer y del miedo no dejar ni traza.
©Marvilla
25 de enero de 2015