Luciérnagas

En armarios vetustos

de anticuada elegancia,

entre cajones cerrados

quedo dormida mi infancia.

 

Áurea llave ya extraviada,

quién sabe en que rincón

entre la Cruz del Sur y Orión,

la mantiene resguardada.

 

Hoy con fantasmal paso

por una casa desfigurada

va del jardín a la sala

mi infancia en su ocaso.

 

Anhelando hoy conmigo

toparse junto a las dalias

por azares del destino,

por hechizo o por gracia.

 

Es vano su ávido deseo,

yo también perdí el mapa

a nuestro sitio del recreo,

de la noche a la mañana.

 

Ese día deje de ver luciérnagas

volaron hacia un horizonte

más prometedor de fantasías.

¡Sus luces se fueron no se dónde!

 

Hoy yo, igual que mi infancia

existimos más deslucidos:

yo camino de la ausencia;

ella en el mundo del olvido.

 

Si tan solo tuviera la esperanza,

de ver en el incierto futuro

brillar tan solo una luciérnaga,

dibujaría en mi cara, estoy seguro,

una sonrisa, como una luna blanca,

aunque fuera de completo iluso.

 

 

©Marvilla

Barcelona, 13 de marzo 2016

Mantra

Desde el comienzo tengo mis simples y vacías manos

Y entretanto mi cuerpo en este viaje se va muriendo

Ya que no es mio tan solo un préstamo anticuado

Yo no dejaré una herencia de tierras o de oros

Ni un techo para fanfarronear de propiedad

Siendo solamente cuidador de momentos

Presto velé lo que me fue entregado

Esa fuente que fluye a perpetuidad

Gracias a ser un dueño de la nada

Que habito en el huidizo instante

Debiendo aventar la débil llama

Con manera cabal y constante

Para que lo que pueda legar

Sea fruto de singularidad

Puro logro de la voluntad

Fructificado en verdad

El fruto de mi hacer

Resultando simples

Sobrios versos

Pobres trazos

Mis versos

Retazos

 Rezo

Irisado

Trazo alado

Ritmo pintado

Pasión es legada

Una chispa enérgica

Es puerta entreabierta

A tu propia llave mágica

Te cedo la dorada antorcha

Es tu tarea mantener su llama.

Repite, de nada soy propietario

A penas soy un profético caminante

Que va de un lado a otro en un instante

Mas el vigilante celoso de un vital legado

Que te ha sido entregado un tesoro milenario

Pero que no alude al dorado o a vanas riquezas

Que reside en una energía que fluye de unos a otros

Anticipo para que alumbres una trascendental herencia

Sintiendo inicialmente que cuentan solo tus burdas manos...

 

 

©Marvilla

Barcelona, 8 de mayo 2016