¿Puede una simple escalera plegable
ser un recuerdo personal
del amado ya sin aire, inánime
por voluntad de la muerte?
La ropa deshuesada en los cajones
yace en leal abandono
Incongruentes y lánguidos los pantalones
penden suspensos en perchas
En aquella tarde asesina de instantes
congelado sin luz arde
el amante sin un eje llora en rotas carnes
y desolado su futuro se abre
Frío hachazo que el presente saja
que separa en dos partes
en dos mitades que giran aisladas
sin órbitas ingrávidas
Muy cerca se intuye la silente sombra
que pone una luz invernal
que a las parejas entre si excomulga
que se lleva todo y todo deja
Mientras se tiñe de rojos ardientes la tarde
la mitad flota muy hundida
en esa debacle sin que nadie la guarde
como un rehén de la vida
El amante imagina seguir hasta sus abrazos
por aquella escalera plegable subir
tras su paso al hado a sentir otra vez sus brazos
y en esa gracia volver a vivir
En el lecho hoy helado y punzante
chilla descarado el silencio
y arriba en un techo de plomo asfixiante
la estéril mirada se pierde
Tantas cosas traen de nuevo la añorada silueta
tantas cosas hasta ayer banales
remembranzas se vuelven del dolor herramienta
que cruel la herida horada
!Somos seres siempre en riesgo de deriva
a punto de perder la brújula
en el mar ignoto e inmenso de la vida¡
©Marvilla
Terrassa, 2 de Octubre de 2016
La perfección fulgurante
de la gran belleza
en el trance creativo;
percibida en ese fervor
en contados momentos.
Es solo un tenue reflejo
de un magno esplendor
durante unos instantes;
brillando ante los ojos
ávidos de un espíritu.
©Marvilla
Terrassa 5 de febrero 2017